El Gato y el Cuervo

El Gato y el Cuervo e llegado a saber que un cuervo y un gato de Algalia habían trabado una gran amistad y se pasaban las horas disfrutando y jugando a distintos juegos. Cierto día que hablaban de cosas realmente interesantes, no se dieron cuenta de lo que pasaba a su alrededor y fueron devueltos a la réalidad por el rugido espantoso de un tigre, que resonaba en el bosque.
Inmediatamente, el cuervo, que estaba en el tronco de un árbol al lado de su amigo, se apresuró a ganar las ramas altas. En cuanto al gato, del susto que tenía no sabía dónde ocultarse, porque ignoraba el sitio de donde acababa de salir el rugido del tigre.
En tal perplejidad, dijo al cuervo: "¿Qué haré, amigo mío? Dime si puedes ayudarme de alguna manera o si puedes prestarme algún socorro eficaz". El cuervo respondió: "¿Qué no haría yo por ti, buen amigo? Estoy dispuesto a enfrentarme a lo que sea para sacarte de apuros; pero antes de acudir en tu socorro, déjame recordarte lo que dijo el poeta:
¡La verdadera amistad es la que nos impulsó a arrojarnos al peligro para salvar al objeto amado, arriesgándonos a sucumbir!¡Es la que nos hace abandonar bienes, padres y família, para ayudar al hermano de nuestra amistad!"
Enseguida el cuervo se apresuró a volar hacia un rebaño que pasaba por allí, custodiado por feroces perros, más imponentes que leones. Y se fué derecho a uno de los perros, se precipitó sobre su cabeza y le dió un fuerte picotazo. Después se lanzó sobre otro perro e hizo lo mismo; y habiendo molestado así a todos los perros, echó a volar a una altura suficiente para que lo pudieran perseguir, pero sin que lo alcanzaran sus dientes. Y graznaba a toda voz, como para burlarse de los perros.
De modo que los animales lo fueron siguiendo cada vez más furiosos, hasta que los atrajo hacia el centro del bosque. Y cuando los ladridos hubieron resonado en todo el bosque, el cuervo supuso que el tigre, espantado, había escapado; entonces el cuervo se remontó cuanto pudo. Al perderlo de vista de vista los perros, regresaron al rebaño. El cuervo fué abuscar a su amigo el gato, al cual había salvado de aquel peligro, y vivió con él en paz y felicidad.

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Cuento Popular, de Presente en Las mil y una noches

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